Cómo prevenir los accidentes de tránsito más comunes


Las personas que conducen bien sufren choques que responden a los mismos mecanismos: el último de una luz contra el primero de la otra; el último de una luz contra el penúltimo de la misma; la luz de giro olvidada; el utilitario que se detiene de improviso. Estas recomendaciones contribuyen a la prevención en esos casos.


El último de una luz contra el primero de la otra:
Cuando estamos detenidos en un semáforo y se nos da la luz verde, nunca olvidarse de controlar que no venga nadie antes de arrancar. Uno de los mecanismos de choque más vistos es cuando el que se acerca a un semáforo en amarillo acelera para aprovechar las últimas décimas, y un vehículo en la otra calle arranca en el momento en que ve la verde.
Por el mismo mecanismo, cuando llegamos a un semáforo en verde y nos sorprende la amarilla o la roja, no acelerar nunca. Aún los que deciden pasar en rojo tienen menos posibilidades de chocar si lo hacen bajando la velocidad que si llegan acelerando.


El último de una luz contra el penúltimo de la misma:
Este choque se da cuando dos autos llegan juntos al final de la verde. En el momento en que se enciende la amarilla o la roja, el auto de adelante frena y el de atrás había acelerado. Para evitar ser chocado con este mecanismo, bajar un poco la velocidad al llegar al semáforo con el auto de atrás muy cerca; y no frenar en seco cuando nos sorprende la amarilla o roja y tenemos al auto de atrás muy cerca.
Por el mismo mecanismo, nunca llegar a un semáforo en verde demasiado cerca del auto de adelante: puede frenar en seco si se sorprende con una luz amarilla o roja.


La calle recién pavimentada:
Es un mecanismo que se ha hecho frecuente con la tendencia a mudarse a las afueras de las grandes ciudades. El choque se produce cuando han pavimentado una calle que se cruza con otra que ya tenía pavimento, y no se coloca un cartel de "pare" que aclare quién tiene prioridad en esa esquina. Ante la duda mucha gente decide por sí sola que tiene la prioridad, y no frena.


La luz de giro olvidada:
En los autos que tienen varios años se empieza a dañar el automático que desactiva el giro después de doblar. Esto favorece un mecanismo de choque bastante común: un auto se mete en el camino de otro que venía con la luz de giro encendida, cuando en realidad ésta correspondía a una maniobra anterior. Para prevenirlo hay que tener presente esta posibilidad y no entrar a caminos transitados apostando a que el auto que viene vaya a doblar.
Por el mismo mecanismo, reparar siempre el automático de la luz de giro en cuanto empieza a fallar.


El utilitario con detención sorpresiva:
Aunque no lo notemos, para los cálculos de tiempo y espacio al manejar utilizamos mucho lo que vemos a través de los vidrios del auto que va adelante. Esto se da sobre todo al calcular la distancia de frenado con respecto al auto delantero. Un mecanismo de choque relacionado con esto se produce cuando viajamos atrás de un utilitario, porque no podemos ver a su través y la información sobre tránsito detenido nos llega demasiado tarde. Para evitarlo, conviene dejar el doble de distancia de frenado cuando se viaja detrás de un vehículo que no nos deja ver a su través.


El camino sin cartel de pare:
Es uno de los mecanismos más graves. Se da cuando un vehículo que viene de noche por una calle pavimentada atraviesa sin darse cuenta un camino rápido. Ocurre casi siempre de noche porque hay poco tránsito, y así no se ven pasar autos por el camino cuando uno se acerca. Lamentablemente no hay métodos efectivos de prevención más que tener siempre presente la posibilidad. Sí pueden contribuir los vecinos de la intersección, promoviendo la colocación de un cartel de "pare" o un semáforo en amarillo.


El niño que se pone enfrente del auto:
El atropello es la principal causa de derivación a muchos Hospitales de Niños en pacientes víctimas de accidentes de automóvil. El mecanismo suele ser un movimiento inesperado de un niño peatón o ciclista que lo pone de pronto en el camino de un vehículo. Para esto, prepararse para encontrarse con un desplazamiento brusco siempre que nos aproximamos a un niño peatón o ciclista. Darse suficiente espacio para reaccionar y frenar o esquivar en caso de que ocurra.


NO CONFÍE EN EL SEMÁFORO:
Algunos semáforos tienen una luz amarilla anormalmente corta, lo que aumenta el riesgo de accidentes por los dos primeros mecanismos.


REVISE PERIÓDICAMENTE LOS FRENOS:
El deterioro del sistema de frenos suele pasar desapercibido para el conductor, porque es un proceso gradual al que uno se acostumbra. Por eso es útil revisarlo periódicamente, aunque no existan problemas aparentes.

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