Hace casi exactamente dos años escribí una columna referida al tránsito en nuestra ciudad. El título fue “El tránsito es una cuestión solidaria y nos pinta tal como somos”. La Municipalidad no hace nada, la provincia tampoco, y entonces??? quien puede solucionar su modalidad. sus normas. sus consecuencias.
En los primeros días de junio que hemos dejado atrás, se conmemoró el Día de la Educación Vial, teniendo como mojón histórico el momento en que en nuestra Argentina se dejó de lado el sistema inglés de desplazamiento vehicular.
Citada la efeméride, valdría la pena hacer una introspección para descubrir cuánto y qué hace cada uno de nosotros, desde la ultrísima individualidad, para tener un tránsito humanizado, respetuoso, ordenado y que no cobre tantas vidas como lo indican las estadísticas. Agregarlas aquí sería ocioso, pero como dato ilustrativo (vergonzante y doloroso) se puede señalar que nuestra provincia de La Pampa es una mas en el país en cantidad de muertes por accidentes de tránsito. Sin contar lesiones graves, mutilaciones, discapacidades e impacto económico que también deriva de los siniestros. El tránsito en nuestra ciudad de Santa Rosa es problemático. Hay una importante cantidad de vehículos -de todo tipo y modelo- y en los momentos pico muchos de ellos ganan las calles y el pandemónium comienza a cobrar forma. Derecha, ¿qué derecha?. Prioridad de paso a peatones, ¿priori... queeeé? El cartel de PARE equivale a un semáforo con luz roja y cuando el semáforo está con luz roja significa PARE. Obvio, como gustan decir los jóvenes, pero qué tan obvio si nadie respeta esa regla.
Circular por las calles de esta linda Santa Rosa depara algunas sorpresas. Ciclomotores que se usan como bicicletas y vaya a saber uno porqué, pareciera que hay una regla no escrita que permite a las bicicletas correr por las veredas, andar de contramano, cruzar por cualquier lado. Y con las motitos se hace exactamente lo mismo. El uso consuetudinario no implica derecho, ni legalidad. Simplemente es una suerte de resignación, tolerancia mundana y hasta una demostración de impotencia para corregir la inconducta. Hay algunos escenarios que sobresalen. Por ejemplo: Avda. San Martin, Ruta 35, Avda. Circunvalacion, Avda. Luro, Padre Buodo, podriamos nombrar por lo menos 100 mas.
Es de hacer notar que toda vez que algo ocurre, hablando de accidentes, se oyen cada ves mas voces pidiendo o clamando por medidas ejemplificadoras, "mano dura", etc, Esto algun dia sera escuchado por quienes tienen la responsabilidad. Al tránsito de cada ciudad o pueblo lo hacemos los que transitamos. Sea en vehículos o como simples peatones. Y para todos los casos hay normas conocidas. Sí, conocidas. Pero de respeto todavía no hay claras señales.Se pide al gobierno -municipal, provincial o nacional- que se pongan en marcha los correctivos, pero no se toma la decisión individual de conducir como corresponde. Aminorar o reducir la velocidad en los cruces de calles, circular debidamente, cruzar por las esquinas, respetar los semáforos, respetar las veredas, estacionar dónde y cómo es debido, más una extensa lista de etcéteras, solo y exclusivamente depende de la conducta individual. El tránsito es una cuestión solidaria. Solo teniendo esta premisa podremos hacer de nuestras calles un escenario que se parezca al ideal. Solo pensando que el otro podemos ser nosotros. Tambien escribo sobre las consecuencias de los accidentes, citando muertes e impacto económico. Advirtieron que no expresé nada del dolor de los familiares, de los amigos, de los afectos, ¿quién podría mensurarlo?
El tránsito es una cuestión solidaria. Recordémoslo siempre.Hasta la próxima. Muchas gracias por todo. ¡Vamos Argentina!
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